domingo, 11 de noviembre de 2007

Escapo del mundo

De modo que siempre ando diciendo que hay que sonreírle a la vida, que así ella nos sonreirá a nosotros, ¿pero cuando?

He aprendido con el paso del tiempo a estar hecha una mierda, a no ser más que un manojo de lágrimas pero no a parecerlo. He aprendido a tener una fachada de absoluta felicidad aun cuando mi vida se esta muriendo. ¿De que me ha servido? Para no hacer sufrir a la gente que me rodea, o bueno, en algunos casos más que hacerle sufrir para no hacerles sentir incómodos. Y es que cuando a alguien que te importa un pimiento lo ves mal te sientes en la obligación de preguntarle que pasa.

Pero llega un momento en el que no puedes más, no puedes seguir sola adelante y buscas un apoyo, una ayuda; y ¿a quien buscas? pues a esa persona en la que confías plenamente y en quien crees que es en ese momento quien mejor te conoce.
Ya estamos en ese punto en el que no aguantas y pides ayuda, ¿que pasa entonces? que te pisan, SI ya no le importas a nadie, a nadie en absoluto, porque si has llegado al punto en que la persona en quien más confías te pisa, ya es tu fin.
¿Que hacer entonces? Pues nada mi niñ@, húndete más en la miseria, llora hasta reventar, porque ya no puedes salir de ahí.

La única opción, escapar del mundo.

Así, lo siento mis niños, os dejo. Escapo de este cruel mundo en el que estorbo, en el cual no existe un hueco para mí.
Me alegro mucho el haberos conocido, cada uno de ustedes aporto una pequeña porción a mi vida, pero no lo intentéis siquiera, no sufráis, no hagáis por donde, no soy nada y así seguirá siendo, seguid vuestro camino y olvidadme.

No hay comentarios: